Paolo Gentiloni, el Comisario Europeo de Asuntos Económicos, ha declarado que, el próximo año, la Comisión revisará junto a las autoridades españolas la sostenibilidad del sistema público de pensiones. Además, recomienda evitar gastos que se vuelvan permanentes y contribuyan a aumentar la deuda pública.
Y es que alguna de las medidas que ha implementado el Gobierno, como la indexación de las pensiones al IPC, obligará a aplicar a las pensiones en 2023 la mayor subida en décadas de continuar con la actual inflación; unos 15.000 millones más. Lo que situaría el gasto en pensiones en unos 188.500 millones de euros para el próximo año.
Esta situación, unida a la llegada a la edad de jubilación a los pertenecientes a la generación del baby boom, pondría gravemente en riesgo la sostenibilidad de la hucha de las pensiones. Un sistema deficitario que, además, se agrava por la actual pirámide poblacional de nuestro país; pues al tratarse de un sistema de reparto, el gasto de las pensiones futuras recae sobre los trabajadores actuales y, por las condiciones sociodemográficas de España, cada vez son menos los cotizantes en activo que deben sostener las pagas de los jubilados, que también son más longevos (y, por lo tanto, reciben una paga del sistema público por un período de tiempo cada vez más largo).
Ante esta situación, es fundamental contar con una buena planificación financiera que nos ayude a organizarnos para mantener nuestro poder adquisitivo una vez que llegue nuestra edad de retiro. El ahorro previsional destinado a productos como planes de pensiones se vuelve cada vez más importante para poder contar con una buena salud financiera ahora y en el futuro.