La base del éxito financiero es el correcto equilibrio entre ingresos y gastos. No siempre es posible aumentar la balanza por el lado de los ingresos, pero sí hay una serie de pequeños trucos que nos pueden ayudar a reducir los gastos mensuales. Aunque cada persona es un mundo y el porcentaje en que puedes conseguirlo dependerá de tus circunstancias personales, aquí puedes ver algunos consejos que te ayudarán a optimizar partidas en las que quizá no te has parado a pensar y que pueden ser muy importantes para tener una buena salud financiera.
El presupuesto: principal punto de partida
Para saber cómo reducir los gastos mensuales, debes comenzar por tenerlos identificados. Para ello, es vital realizar un presupuesto en el que detalles tanto los ingresos que recibes (esto será fácil), como cuánto gastas en partidas como hipoteca, créditos, manutención, ropa, suministros, gasolina o transportes, seguros,…y cuánto en ocio y cosas que no son realmente necesarias. Te sorprenderá ver cuántos gastos realizas sin apenas ser consciente de ello. Con el paso del tiempo, cada vez te será más fácil realizar el presupuesto, ya que hay muchos gastos que se repiten periódicamente y ya tendrás identificados.
¿Cómo puedes realizar un presupuesto mensual?
Es más sencillo de lo que crees. Basta una libreta donde ir anotando cada salida de dinero de tu cuenta, las facturas recibidas, etc. Puedes realizarlo manualmente también a través de una tabla Excel, pero con el auge de las Fintech y las app de banca móvil, cada vez es más sencillo este proceso, ya que lo tendrás automatizado.
Ojo con los pequeños gastos que nos pasan inadvertidos
Lo que los economistas llaman ‘gastos hormiga’ son compras o consumos diarios o que hacemos frecuentemente y a los que, por tratarse de pequeñas cantidades, apenas damos importancia. En esta área tienes mucha capacidad de maniobra para reducir los gastos mensuales, ya que no se trata de consumos básicos o necesarios y que sumados pueden dar un importe los suficientemente grande como para que afecte de forma importante a nuestras finanzas personales.
Fíjate un objetivo mensual de ahorro
Como cualquier objetivo, debe ser ambicioso y medible, pero sobre todo realista y alcanzable. Puedes comenzar por pequeños porcentajes sobre el total de tus ingresos e ir subiendo mes a mes. Eso sí, debes ser constante y perseverante (si no cumples con tu meta de ahorro mensual, desistirás pronto de este propósito). Puede ser de gran ayuda relacionar este objetivo con un fin que desees conseguir (como ir de vacaciones, cambiar de coche,…) y con un período de tiempo en que te propongas alcanzarlo.
Revisa todos tus gastos fijos
Otros de los gastos que nos pueden pasar desapercibidos son los vinculados a los modelos de suscripción (Amazon, Netflix, Spotify,…). Debes tener muy presente cuáles te puedes permitir y de cuáles puedes prescindir (incluso los que apenas usas) para intentar reducir los gastos mensuales.
Compara y, si es necesario, renegocia con tus proveedores de suministros
Actualmente, cada vez hay más comparadores que nos permiten saber qué empresas ofrecen mejores condiciones en algunos de los productos que consumimos inevitablemente a diario en nuestro hogar como son la telefonía móvil, el gas, la luz, los seguros,… Hacer una comparativa de lo que tenemos y nos pueden ofrecer y renegociar con el proveedor (o cambiar de compañía) nos puede ayudar en nuestro propósito de ahorro.
Rentabiliza tu compra mensual
Algunos pequeños consejos te pueden ayudar a reducir el coste de la lista de la compra. Estos pueden pasar por no ir a comprar con hambre, no adquirir nada que no esté en el listado, planificar con antelación las comidas para comprar sólo lo necesario o hacer una lista de la compra inversa (inventario de los alimentos que tenemos y que pueden caducar para no tener que tirar nada y conseguir un mayor aprovechamiento).
Optimiza la eficiencia energética de tu vivienda
Ya compartimos con vosotros algunos consejos para ahorrar en la factura de la luz. Revisar la potencia contratada, controlar la temperatura del hogar, aprovechar la luz natural o rentabilizar el uso de electrodomésticos puede contribuir significativamente a reducir los gastos mensuales.
Elije bien tus tarjetas: ¿crédito o débito?
El uso de una u otra, dependiendo de nuestras circunstancias personales, puede facilitar nuestra correcta planificación financiera. Las tarjetas de crédito nos ayudarán si nuestros ingresos no son lineales todos los meses (usarlas permite aplazar el pago sin necesidad de liquidez en ese momento, ni de pedir un crédito para ello); mientras que las de débito tienen como ventaja el hecho de poder llevar un control más exhaustivo e inmediato del gasto.
El transporte cobra protagonismo
Uno de los principales gastos, especialmente con el precio actual del combustible, es el que invertimos en transporte. Podemos reducir considerable la partida destinada a este fin utilizando transporte público o compartiendo vehículo y costes.
La economía colaborativa, una gran aliada
Muchas aplicaciones permiten darle un nuevo uso a productos a través de este tipo de consumo. Esto no sólo fomenta el mantenimiento del planeta y los objetivos de sostenibilidad medioambiental, sino que ayuda a adquirir esos bienes por un precio bastante más reducido que el de los productos de primer uso. Cada vez hay más gente que se une a este tipo de consumo, por lo que no te será difícil encontrar una gran variedad de artículos.
Los seguros ¿gasto o inversión?
Mucha gente contempla los seguros como un gasto, pero podemos verlos desde la perspectiva de una inversión menor que evita afrontar posibles gastos imprevistos que podrían tener una gran cuantía, lo cual impactaría muy negativamente sobre nuestra economía.
Conclusión
Como ves, reducir los gastos mensuales puede ser fácil modificando hábitos, revisando algunos puntos de mejora en nuestras rutinas del día a día y siendo rigurosos en su control. Esto no significa que, de vez en cuando, no puedas darte un capricho o permitirte un desembolso que no sea estrictamente necesario. De hecho, la única forma de ahorrar es ser constante, y para no caer en el desánimo, te recomendamos que, de vez en cuando y siempre que no signifique alterar de manera considerable tu presupuesto, lo realices. Como decía Samuel Johnson, “el que sabe gastar y ahorrar es el más feliz, porque disfruta de ambas cosas”.