Si la “operación bikini” es el momento para ponernos en forma y conseguir la figura perfecta porque nos importa la línea, nuestras finanzas personales también merecen que les prestemos la atención necesaria para conseguir la ansiada salud financiera. Y es que son muchos los retos que amenazan nuestra economía personal; por eso, desde Método Free, Escuela de Educación Financiera, hoy queremos hablaros sobre qué son los ayunos de gasto y cómo pueden ayudarnos.
¿Qué son los ayunos de gasto?
Como ya venimos contándoos, la salud financiera se basa en el correcto equilibrio entre ingresos y gastos. No siempre es posible decantar la balanza por el lado de los ingresos, pero sí podemos trabajar sobre los gastos. En ese sentido, los ayunos de gastos son técnicas que se basan en restringir temporalmente los gastos para conseguir un aumento del ahorro. O lo que es lo mismo, asumir un reto que consiste en no realizar ningún pago más allá de los recibos domiciliados en el banco.
¿Qué persiguen los ayunos de gasto?
Para saber qué son los ayunos de gasto, debes entender cuál es su fin. Como comentábamos, el principal objetivo de este reto es aumentar el ahorro mediante la contención del gasto. Esto se verá reflejado en tu presupuesto personal y, por supuesto, en tu salud financiera. Ya que, durante un tiempo, conseguirás reducir los gastos mensuales gracias a esta contención rigurosa.
¿A quién se debe esta expresión?
Fue Michelle Singletary, columnista del Washington Post y asesora económica, la que utilizó esta nomenclatura por primera vez en su libro El ayuno financiero de 21 días: Su camino hacia la paz y la libertad financiera. Habla de una dieta para poner en orden nuestros hábitos de ahorro y gasto y olvidarnos de nuestras deudas. Michelle aboga por un ayuno de 21 días; pero, como veremos más adelante, hay otros tipos de ayuno que puedes poner en práctica según tus objetivos y características personales.
¿Durante cuánto tiempo se debe hacer un ayuno de gasto?
Como cualquier tipo de ayuno, deberás llevar a cabo este reto durante un período acotado en el tiempo. Igual que no es posible sobrevivir con un ayuno permanente y corremos el riesgo de morir de inanición, tampoco es factible tener un ayuno de gasto prolongado en el tiempo; no sólo porque la dinámica de gastos en nuestro día a día no lo permitiría, sino porque corremos el riesgo de desistir en nuestro propósito de ahorro e incurrir en costes mayores, del mismo modo que podemos sufrir un efecto rebote si hablamos de una dieta. El tiempo concreto lo puedes seleccionar en función de tus objetivos personales, eligiendo el tipo de ayuno que más se ajuste a tu perfil una vez que has entendido qué son los ayunos de gasto.
¿Qué tipos de ayunos de gasto existen?
Podemos establecer distintos tipos de ayunos de gasto en función de la duración del mismo y de lo estrictos que queramos ser en nuestra contención durante este tiempo. De este modo, podemos optar por las siguientes modalidades:
- Regla de las 24 horas: consiste en esperar 24 horas antes de hacer cualquier tipo de gasto no esencial. No se trata de un ayuno en sí, sino de una máxima para racionalizar las compras.
- Regla de la semana: se trata de extender el caso anterior a una semana completa antes de realizar la compra.
- Ayuno de gasto de un día: éste puede ser el punto de partida para ser consciente de las compras y gastos que realizas, a veces sin darte apenas cuenta, y coger el hábito de reducir o eliminar aquéllos que no son realmente necesarios.
- Fin de semana sin gastos: esto te puede ser especialmente útil si una de las partidas en las que más gastas es en ocio, ya que el fin de semana es un momento de más nivel de gasto en este apartado. Esto no implica que no puedas salir, sino que busques actividades gratuitas que te ayuden a ahorrar.
- El reto de la semana: en este caso, se admite el pago de facturas y necesidades básicas; pero es una gran ayuda a la hora de reducir gastos no esenciales.
- El reto de los 21 días: es el ideado por Michelle Singletary como verdadero ayuno de gasto y se basa en eliminar cualquier tipo de gasto que no sea manutención, alojamiento o esencial para la supervivencia (a excepción de los recibos domiciliados en el banco) durante tres semanas.
¿Por qué 21 días?
Tres semanas es el tiempo que establecen los expertos para adquirir un hábito. Se trata del tiempo suficiente como para coger costumbre, pero no demasiado como para que nos hartemos y desistamos en nuestro propósito. Cuando hablábamos de qué son los ayunos de gasto y cuál es su fin, comentábamos que persiguen tanto la reducción de gastos, como la adquisición del hábito de ahorro, por eso es importante que tengan una duración determinada.
¿Qué debes tener en cuenta?
A la hora de llevar a cabo un ayuno de gasto, hay una serie de condicionantes que tienes que tener en cuenta. Podemos resumirlos en los tres siguientes:
- La clave: comprar solo lo necesario. Para reducir gastos y aumentar el ahorro, el secreto siempre pasa por evitar compras innecesarias
- Mejor pagar en efectivo. Esto nos puede ayudar a ser más conscientes del gasto que si lo realizamos a través de la tarjeta de crédito.
- Establece un diario de gastos. Igual que en el caso del presupuesto, realizar un diario de gastos también nos ayuda a adquirir esa consciencia sobre nuestras compras y determinar en qué debemos trabajar más.
¿Qué pasa si rompes el ayuno?
Si no alcanzas el tiempo establecido…. Hay que volver a empezar. Sé firme en tu propósito, riguroso en tus metas, y obtendrás la recompensa.
¿Cuándo deberías hacer un ayuno de gastos?
Este tipo de técnicas nos puede ser especialmente útil después de un período de muchos gastos o cuando necesitamos reunir una cantidad de dinero considerable en un período corto de tiempo. En cualquier caso, siempre nos puede ayudar a adquirir hábitos de contención y ahorro.
Conclusión:
Para saber qué son los ayunos de gasto y cómo pueden ayudar a nuestras finanzas personales, debes entender que se trata de una contención estricta de los gastos durante un período limitado de tiempo que nos permita adquirir el hábito de ahorro. El tiempo y la modalidad puedes elegirlo en función de tus circunstancias. Pueden ser técnicas especialmente útiles después de un tiempo de muchos gastos o si necitas reunir una cantidad de dinero en un período breve. Durante el ayuno, sólo debemos comprar aquello que sea realmente necesario, mejor pagado en efectivo y detallando en nuestro diario de gastos todas nuestras compras. Si nos vence la tentación y rompemos el ayuno, volvemos a la casilla de salida.