En distintos artículos os hemos venido hablando de la importancia de contar con un fondo de emergencia que garantice nuestra salud financiera. Hoy os contamos en profundidad en qué consiste este fondo de emergencia y os facilitamos las claves sobre cómo crearlo.
¿Qué es el fondo de emergencia?
El fondo de emergencia es un colchón de ahorro que nos permita hacer frente a imprevistos. Se trata de una reserva de efectivo destinada a cubrir contingencias que, de producirse, podrían dañar gravemente nuestra salud financiera. Estas situaciones pueden ser infinitas, desde quedarte sin trabajo, a sufrir un accidente o cualquier ocasión que haga reducir significativamente tus ingresos.
¿Por qué debes tener un fondo de emergencia?
El fondo de emergencia se destina a cubrir gastos que debes tener en cuenta en tu presupuesto personal. Todo el mundo, independientemente de su poder adquisitivo o su nivel de ingresos, necesita este colchón de ahorro que le proteja de ciertos costes que pueden surgir de forma imprevista y suponer un agujero importante para nuestras finanzas personales. No contar con él, te puede obligar a incurrir en problemas de liquidez, uso indebido de las tarjetas de crédito, adquirir deudas o tener que contratar créditos que nos lleven a destinar una cantidad mayor que la generada por el propio problema, y, por supuesto, dejar de ahorrar. El orden y la planificación son las claves de la salud financiera, y el fondo de emergencia es el ejemplo de lo que supone la previsión, estar preparados y planificados ante cualquier eventualidad.
¿Cómo crear un fondo de emergencia?
Para crear el fondo de emergencia, debemos proceder de la misma forma que a la hora de hacer nuestro presupuesto personal. Como punto de partida deberás analizar y responder algunas cuestiones referentes a tu situación financiera y personal. Después, hay una serie de claves que debes tener en cuenta y que te resumimos a continuación.
La prima de ahorro, base del fondo de emergencia
Conocemos como prima de ahorro al excedente de los ingresos sobre los gastos. De esa cantidad, debemos destinar una parte a la inversión para que nuestros ahorros generen rentabilidad y otra parte la dedicaremos a nuestro fondo de emergencia. La prima de ahorro crecerá bien por la vía de aumentar los ingresos, o por la de disminuir los gastos. Os recordamos este artículo sobre cómo ahorrar en tus vacaciones de verano, o la entrada anterior que os compartimos sobre cómo ahorrar en la factura de la luz.
¿Cuánto dinero debo destinar al fondo de emergencia?
Como siempre, depende de nuestras circunstancias personales: nivel de ingresos, número de miembros de la familia, gastos que debemos afrontar, si disponemos de otras vías de ingresos en caso de necesitarlo,.. La recomendación mínima es destinar la cantidad necesaria para cubrir entre 3 y 6 meses de gastos básicos; desde una perspectiva más conservadora, deberíamos destinar a este propósito, siempre que sea posible, el equivalente a 6 meses de ingresos (pero lo haremos progresivamente).
Establece tu propia meta
Las reglas de una correcta planificación financiera se suelen repetir. En nuestro post sobre cómo reducir los gastos mensuales, os hablábamos de la necesidad de fijar metas de ahorro ambiciosas y medibles, pero realistas y alcanzables. Analiza tu capacidad de ahorro y decide, en función de eso, cuánto quieres destinar al fondo de emergencia teniendo en cuenta lo que comentábamos.
Al principio no seas demasiado ambicioso
La cantidad que establezcas no debe ser demasiado elevada como para que te coloque en una situación de estrés financiero, porque se produciría un efecto boomerang, consiguiendo lo contrario a nuestro objetivo. No olvides que el fin del fondo de emergencia es que puedas gozar de una mayor tranquilidad sabiendo que estás cubierto ante posibles imprevistos que puedan afectar a tu salud financiera. Por eso, te recomendamos que vayas poco, y que la cantidad mensual que determines inicialmente no sea demasiado elevada; con el paso del tiempo, si tu situación financiera lo permite, puedes ir aumentando esta partida progresivamente.
Sé firme en tu propósito
El ahorro es un hábito y, como todo hábito, requiere de constancia y determinación. Da igual el tiempo que tardes en construir tu colchón financiero; lo importante es seas perseverante en tus objetivos.
Cambia cuando cambie tu economía
Como casi todo en esta vida, el fondo de emergencia no es invariable. Aunque te hayas establecido unos objetivos cuantificados, a medida que cambie tu situación (tanto de ingresos y poder adquisitivo, como personal y de gastos), deberás variar también estos objetivos.
Depositarlo en otra cuenta puede ser de ayuda
A veces, por muy firmes que queramos ser, no conseguimos nuestro propósito. Para que los pequeños gastos a los que apenas das importancia no perjudiquen tu objetivo de construir tu fondo de emergencia, quizá te ayude depositar el dinero mensual que has establecido para este fin en una cuenta diferente a la que recibes tus ingresos y tienes asociados los gastos fijos. Puedes programar una transferencia a principios de cada mes con la cantidad que hayas establecido.
¿En cuánto tiempo puedo crear el fondo de emergencia?
El tiempo que tardes en crear tu fondo de emergencia va a depender de tu capacidad de ahorro. Puedes hacer tus propios cálculos en función de si vas a optar por una estrategia más conservadora (entre 3 y 6 meses de ingresos) o por otra un poco menor (entre 3 y 6 meses de gastos) y lo que consigues ahorrar mensualmente.
Discrimina entre lo que realmente es una emergencia
Una vez que hemos creado el fondo de emergencia, podemos estar tentados de utilizar ese colchón de ahorro para otros fines que no sean los que lleva asociados. Para no caer en este riesgo, debes tener claro lo que es una emergencia y lo que no lo es. Una emergencia siempre va a estar marcada por la necesidad. Aprovechar un gran descuento no es una emergencia, tener que afrontar gastos fijos cuando nos quedamos sin trabajo sí lo es. También puede serte de gran ayuda que sepas diferenciar entre el fondo de emergencia (que es el que nos ocupa ahora) y un fondo de contingencia (que también es un colchón de ahorro, pero se destina a cubrir un gasto puntual que no se va a prolongar en el tiempo).
¿Dónde guardar el fondo de emergencia?
La inflación hace que los ahorros inmovilizados pierdan valor por el alza de precios; por eso, antes de tener el dinero guardado debajo del colchón (con tentación asociada de tirar de él aunque no se produzca una emergencia), es mejor que optes por una cuenta bancaria o algún producto financiero que sea más favorable. No obstante, debes tener en cuenta dos requisitos que siempre debe cumplir la fórmula que elijas: disponibilidad (que puedas utilizarlo en el momento que realmente lo necesites) y seguridad (que el producto financiero no implique riesgos).
No destines el fondo de emergencia a tus inversiones
Siempre os recomendamos que pongáis vuestros ahorros a trabajar mediante inversiones que puedan ofreceros rentabilidad adicional al dinero inmovilizado. En ese sentido, os compartimos hace unos días algunas claves sobre cómo invertir en fondos de inversión, o si preferís decantaros por otro tipo de vehículos, 15 consejos para invertir en bolsa. Si bien no debéis perder de vista esta recomendación, es fundamental que no destinéis el fondo de emergencia a vuestras inversiones, ya que el riesgo que implican no cumple el requisito de seguridad que debe ir asociado al fondo de emergencia.
¿Cuándo usar el fondo de emergencia?
Como su propio nombre indica, cuando realmente se produzca una emergencia. Ya os hemos explicado en qué casos podría darse y que, fuera de esto, no deberíais tocar vuestro colchón de ahorro para este fin. Pero si realmente se produce la contingencia, no tengáis reparo en utilizarlo, pues habrá cumplido el objetivo que persigue de ofreceros la tranquilidad de poder hacer frente al imprevisto sin que peligre vuestra salud financiera. Eso sí, si utilizas el fondo de emergencia, el contador vuelve a estar a cero y tendrás que volver a crearlo.
Conclusión:
El fondo de emergencia es un gran aliado de tu salud financiera, ya que se crea para garantizar tranquilidad en el caso de que surja un imprevisto que pueda afectar muy negativamente a tus finanzas. Para crearlo, una vez que tengas claro tu presupuesto y hayas detallado ingresos y gastos, debes decidir la cantidad que quieres destinar al mismo en función de esto y tus circunstancias personales. Con esa decisión, establece metas de ahorro, sé firme, elije los productos más adecuados para guardarlo (asegurándote que cumplen los criterios de disponibilidad y seguridad necesarios) y utilízalo sólo cuando realmente se produzca una emergencia.