Siempre insistimos en la importancia de invertir como una forma de conseguir ingresos adicionales; por eso, hoy queremos hablaros de algo fundamental en este campo, como es la cartera de inversión. Y es que este concepto va a ser fundamental para entender cómo y dónde invertir. Si estás decidido a que tus ahorros comiencen a trabajar por ti, no te pierdas este artículo sobre la cartera de inversión: qué es y cómo crearla.
Qué es la inversión
Entendemos por inversión el uso de recursos para conseguir un beneficio. En términos económicos, esto se corresponde con la asignación de recursos para comprar activos y crear capital. Es decir, renunciamos al consumo de esos recursos (dinero) para emplearlos en las necesidades que tenemos ahora, con el fin de destinarlos a satisfacer las del futuro (confiando que generen una serie de réditos o rentabilidades adicionales). O, como comentábamos, poner nuestros ahorros a trabajar por nosotros para conseguir ingresos adicionales
Por qué es importante para tu salud financiera
Una de las claves de la planificación financiera es el ahorro; pero el ahorro inmovilizado no genera rentabilidad. Por eso, para garantizar tu salud financiera, no sólo ahora sino en el futuro, es fundamental invertir esos recursos de manera que consigamos una rentabilidad o rédito por ellos.
Qué es la cartera de inversión
La cartera de inversión es el conjunto de activos en los que invierte una persona. También se denomina portafolio y engloba todos los productos en los que el poseedor de la cartera invierte dinero.
De qué se compone una cartera de inversión
Como ya hemos adelantado, la cartera de inversión se compone de todos los activos financieros en los que invertimos. Pueden ser, como veremos después, de diversos tipos (configurando una cartera mixta) como acciones, obligaciones, materias primas, fondos,… y su composición debe estar en definida por varias variables relativas a tu perfil, como también veremos.
Para qué debes crear tu cartera de inversión
Harry Markowitz, Premio Nobel de Economía, desarrolló un análisis matemático y estadístico de cómo se comportan dos activos financieros. Su conclusión fue muy sencilla pero muy potente: hay que intentar diversificar “no meter todos los huevos en la misma cesta”. Es decir, del mismo modo que cuando vamos a la compra nuestra cesta de la compra no se compone de un único producto o categoría de productos, nuestras inversiones deben estar orientadas a una selección meditada de activos a los que destinar nuestro dinero. Un concepto fundamental en esto, como explicaremos más adelante, es la diversificación.
Quién gestiona la cartera de inversión
Aunque el propietario de la cartera de inversión es el propio inversor, la gestión la puede llevar a cabo él mismo (no es recomendable, salvo que cuentes con conocimientos sólidos en la materia, por la complejidad y el riesgo que implica invertir) o por un profesional financiero, gestor, banco, u otras entidades financieras como roboadvisors, brockers, etc.
Formas de gestión
Dependiendo del modelo gestión, en el caso de que se encomiende a un profesional, podemos hablar de gestión activa (la realiza un gestor modificando la asignación de activos en función de cómo prevea que se van a comportar los mercados) o gestión pasiva; en este caso, se suele corresponder con gestión indexada y consiste en seguir y replicar un índice de referencia.
Cómo crear una cartera de inversión
Una vez que has entendido la importancia de invertir, qué es la cartera de inversión y de qué se compone, es importante que sepas que, para crear una cartera de inversión, será fundamental tener en cuenta ciertos aspectos que van a determinar los activos que deber tener en tu cartera.
Conocer tu perfil inversor
Lo primero que debes hacer es conocer tu perfil inversor. El perfil inversor o perfil de riesgo se determina por tus circunstancias personales y financieras y en él se relacionan varios factores que detallamos a continuación como la aversión al riesgo, la rentabilidad esperada, el horizonte temporal…
Trinomio rentabilidad / riesgo / disponibilidad
Paul Samuelson (también Premio Nobel de Economía y director de la Escuela de Economía de MIT en Cambridge, Massachusetts), definió que cualquier activo de inversión se puede explicar con dos variables: la rentabilidad esperada y el riesgo que implica. Por tanto, a la hora de crear tu cartera, también tendrás que tener en cuenta qué rentabilidad quieres conseguir y qué riesgo estás dispuesto a asumir; a esto deberíamos añadir el concepto de disponibilidad o, lo que es lo mismo, la necesidad de liquidez que vas a tener; pues de eso depende el horizonte temporal al que puedes invertir tu dinero. Normalmente, las tres van correlacionadas: mayor rentabilidad suele exigir mayor riesgo y una inversión a más largo plazo.
Define tus objetivos financieros
A la hora de crear tu cartera de inversión, debes tener claro qué quieres conseguir con esa inversión. Aquí entran en juego lo que llamamos objetivos financieros (qué metas persigues) que deben ser ambiciosos, pero realistas, medibles y acotados en el tiempo. Por tanto, dichos objetivos vendrán marcados también por el trinomio rentabilidad / riesgo /disponibilidad que acabamos de comentar: qué rentabilidad esperas, qué riesgo estás dispuesto a asumir y qué horizonte temporal puedes afrontar en tus inversiones.
Fija plazos
Una de las principales características que debe cumplir una cartera de inversión es que esté equilibrada, no sólo en la composición, sino en las metas. Los objetivos financieros que comentábamos, debes fijarlos en un horizonte temporal (corto, medio o largo plazo), teniendo en cuenta que, a más largo plazo, mayor rentabilidad y más posibilidades de minimizar riesgos.
Dónde invertir
Existe una gran diversidad de productos y vehículos de inversión, desde los más habituales (como la bolsa de valores o los fondos de inversión) a otros más novedosos o alternativos (como las criptomonedas o, incluso, el Metaverso), pasando por otros más tradicionales, como ha sido históricamente la inversión inmobiliaria en España.
Asignación de activos
Una vez que tengas claro todo esto, ya puedes seleccionar los activos que quieres incluir en la composición de tu cartera de inversión, ya que los mismos dependerán de los objetivos que te hayas fijado: debes escoger los que cumplan esas metas y se adecuen a tu perfil inversor según tus necesidades de rentabilidad, riesgo y disponibilidad.
La diversificación es la clave
Continuando con la teoría de Harry Markowitz, la clave de una buena cartera de inversión es la diversificación. Se trata de seleccionar activos que, en su conjunto, te permitan superar posibles caídas y minimizar los riesgos para que las rentabilidades sigan siendo positivas a nivel global. No sólo se trata de diversificar productos o activos, sino que es importante tener en cuenta la diversificación geográfica y sectorial. Aquí entra en juego el concepto de descorrelación: los activos no deben estar muy relacionados entre sí (perteneciendo, por ejemplo, al mismo sector), ya que la descorrelación de activos significa que no tienen el mismo comportamiento que los mercados o la economía global; de modo que, si la economía va mal, podamos contar con algún valor refugio (como es el oro, por ejemplo) que nos permita compensar las pérdidas que suponen los activos que sí se mueven en la misma dirección que el mercado.
Ten en cuenta las ventajas fiscales
La fiscalidad es otra de las cosas que debes tener en cuenta para configurar tu cartera de inversión. Y es que hay vehículos de inversión (como los fondos de inversión o los planes de pensiones) que cuentan con ventajas e incentivos fiscales; de modo que no debes pasar por alto este aspecto en beneficio de tus finanzas personales.
Importancia del asesoramiento
Como has visto, tener una buena cartera de inversión no es tarea fácil, ya que se trata de un mundo muy complejo que implica, además, riesgos; esto significa que, si te equivocas, puedes perder el dinero invertido. Por eso, especialmente en el contexto actual de gran incertidumbre económica, es primordial contar con un buen asesoramiento financiero que te ayuda a tomar las mejores decisiones.
Revisa las comisiones
Comparar y revisar comisiones es fundamental en todas las áreas que afectan a la economía de tu hogar; y la inversión no es una excepción. Es importante que tengas en cuenta las comisiones de los productos y servicios que contrates. No se trata de buscar el más barato, sino del que mejor relación calidad – precio te pueda ofrecer.
Fórmate
La inversión es un mundo realmente interesante, pero muy complejo. Aumentar tus conocimientos te puede ser de gran utilidad, por eso, te recomendamos que realices algún programa de Educación Financiera que te proporcione los conocimientos necesarios para invertir de la forma más rentable.
Conclusión:
La cartera de inversión es el conjunto de todos los activos en los que invierte una persona; para crearla, es fundamental conocer tu perfil inversor, establecer tus objetivos financieros y tener en cuenta el trinomio rentabilidad / riesgo /disponibilidad. La diversificación es la clave para tener una cartera equilibrada y, para su adecuada gestión, es conveniente que cuentes con un buen asesoramiento; del mismo modo, tener en cuenta las ventajas fiscales puede ser interesante de cara a la selección de activos. Pero, sobre todo, es fundamental que cuentes con una buena formación que te permita entender la situación económica y cómo puede afectar a tus inversiones, para tomar las mejores decisiones.