Los depósitos bancarios son uno de los productos financieros que pueden entrar en juego en la gestión de tus finanzas personales. Para poder contar con toda la información relativa a estos productos, uno de los más populares de los ofrecidos por las entidades bancarias, para tomar las mejores decisiones en beneficio de tu salud financiera, hoy te contamos qué son, qué tipos existen, cuál es su tributación, ventajas, desventajas y todo lo que necesitas saber en relación a los depósitos bancarios.
¿Qué son los depósitos bancarios?
Los depósitos bancarios son productos de ahorro, contratados con una entidad financiera o bancaria, en los que el titular realiza aportaciones económicas con unas condiciones determinadas. En estos productos, hay unos elementos a los que debes prestar especial atención, como son el plazo y los intereses, que te explicamos a continuación; además, constituyen uno de los pilares de la banca tradicional, ya que, sin ellos, sería complicado que las entidades tuvieran suficientes recursos para prestar dinero a otros clientes y realizar una serie de operaciones.
¿Cómo funcionan los depósitos bancarios?
El funcionamiento de los depósitos bancarios se podría asemejar al de los préstamos, pero, en este caso, tú como cliente serías el prestamista, y la entidad bancaria, el prestatario, o quien recibe el dinero del crédito. Es decir, en función de las condiciones pactadas, el titular del depósito aporta una cantidad de dinero al banco y, pasado el tiempo estipulado, el banco devuelve ese dinero junto con los intereses acordados.
¿Qué tipos de depósitos bancarios existen?
En función del tiempo, los intereses, y, sobre todo, las condiciones pactadas, podemos identificar distintos tipos de depósitos bancarios. Los principales serían los siguientes:
- Depósitos a la vista: son aquellos en los que el cliente puede retirar las cantidades depositadas (en su totalidad o en parte) sin ser penalizado por ello. Dentro de esta categoría, podemos encontrar las cuentas remuneradas (que puede ser cuenta corriente o cuenta de ahorro).
- Depósitos a plazo: en este caso, la disponibilidad está más limitada, ya que se establece un plazo (un período de tiempo determinado) para poder retirar el dinero. El plazo se determina a priori como uno de requisitos para poder conseguir la rentabilidad asociada.
- Depósitos con remuneración en especie: en los que lo que consigue el cliente a cambio de mantener el dinero inmovilizado durante el tiempo acordado no es una remuneración económica, sino un regalo. Si el titular retira el dinero antes de ese plazo, la penalización suele ser equivalente al importe del regalo.
- Cuenta Individual de Ahorro a Largo Plazo (CIALP): se trata de un producto en el que no es posible realizar el rescate antes de 5 años y la aportación máxima es de 5000 euros para poder contar con los beneficios fiscales que lleva asociados.
- Depósitos estructurados: es una combinación de ahorro e inversión, y están diseñados para un perfil inversor medio o agresivo por su complejidad y riesgo, ya que integra un depósito a plazo fijo con la inversión en renta variable.
- Depósitos bancarios a interés variable: la rentabilidad de los depósitos no viene determinada de antemano, ya que se estable en función de un índice (generalmente el euríbor) más un diferencial. También se denominan depósitos referenciados.
Diferencias entre los tipos de depósitos bancarios
Las principales diferencias entre los tipos de depósitos radican, como has podido ver, en la disponibilidad (si puedes retirar tu dinero sin penalización), el plazo (el tiempo al que te comprometes a no retirarlo), la rentabilidad (lo que recibes a cambio de depositar tu dinero, que puede ser fija o variable y en dinero o en especie) y el riesgo (especialmente en los productos que combinan ahorro e inversión).
¿Puedo disponer de mi dinero?
La disponibilidad de tu dinero depende de las condiciones pactadas. De este modo, en los depósitos a la vista sueles tener total disponibilidad, mientras en los depósitos a plazo, esa disponibilidad es mucho menor, ya que establecen un tiempo de inmovilización del capital. Esto no implica que no puedas disponer de tu dinero, pero si lo haces, tendrás una penalización por vencimiento anticipado.
Comisiones de los depósitos bancarios
Otra de las cosas que debes tener en cuenta es que los depósitos bancarios suelen llevar asociadas comisiones bancarias. Estas comisiones varían en función del tipo de depósito, y, por supuesto, de la entidad bancaria. Las más habituales son las que se cobran en concepto de gestión y mantenimiento, además de las de cancelación anticipada, en el caso de los depósitos a plazo.
Rentabilidad, cantidad y plazo
La rentabilidad de los depósitos bancarios se relaciona directamente con la cantidad depositada y, por supuesto, con el plazo pactado para poder disponer del dinero. A mayor plazo, mayor rentabilidad. Del mismo modo, los productos que conllevan un riesgo mayor (como el caso de los depósitos estructurados) también implican mayores posibilidades de rentabilidades más altas. Por ejemplo, los depósitos a la vista ofrecen mayor disponibilidad, pero rendimientos más bajos. Para determinar qué plazo debes establecer, es importante que tengas en cuenta durante cuánto tiempo puedes prescindir de ese dinero; un horizonte a tres años puede ser el tiempo suficiente como para conseguir una rentabilidad considerable y, pasado ese tiempo, lo puedes ampliar; de este modo, te puedes beneficiar sobre posibles cambios en los tipos de interés.
Intereses de los depósitos bancarios
Como ya has visto, los intereses que puede recibir por un depósito bancario, varían mucho en función del plazo, la cantidad y el riesgo asociado. A nivel general, este tipo de productos no suelen ofrecer intereses muy altos en el momento actual (especialmente, en el caso de los depósitos a la vista). Y es que venimos de un período en el que los tipos de interés han estado en cotas muy bajas o, incluso, cotizando en negativo. Aunque la política monetaria del Banco Central Europeo ha sido la de subidas progresivas de estos tipos, esto no se ha traducido en la rentabilidad de los depósitos en la misma proporción que, por ejemplo, en la subida de las cuotas de las hipotecas a tipo variable.
¿Se pueden cancelar los depósitos a plazo fijo?
La respuesta es que generalmente sí, aunque deberemos pagar una penalización por ello. No obstante, algunos bancos no permiten esa cancelación anticipada (esto debe quedar especificado en el contrato). En el caso de que la permitan, la penalización no suele superar los intereses ofrecidos, por lo que no perderás dinero. En cualquier caso, es importante que hagas tus cuentas para ver si te compensa su cancelación, comparando intereses y comisiones aplicadas.
Fíjate bien en…
Cuando contrates un depósito bancario, hay una serie de elementos a los debes prestar especial atención:
- El plazo: acorde a tus necesidades de disponibilidad, lo suficientemente alto para ofrecer rendimientos interesantes, pero no demasiado como para que puedas beneficiarte de cambios en los tipos de interés.
- La rentabilidad: lo que vas a recibir por depositar tu dinero.
- Las comisiones aplicadas: tanto de gestión y mantenimiento, como por cancelación anticipada.
- Los importes máximos y mínimos: las cantidades que establece el banco para poder contratar el depósito.
- El riesgo asociado: para los productos que combinan el ahorro y la inversión.
Tributación de los depósitos bancarios
Los depósitos bancarios, como cualquier otro producto financiero, están sujetos a unas condiciones específicas de fiscalidad. Los rendimientos tributan en la Declaración de la Renta. Otros, como es el caso de las CIALP, cuentan con algunos beneficios fiscales si cumples las condiciones que hemos comentado arriba. Si quieres saber más sobre fiscalidad, te recordamos nuestro artículo sobre cuántos impuestos se pagan en España.
Ventajas de los depósitos bancarios
Entre las principales ventajas que podemos comentar de este tipo de productos, destacan la seguridad (salvo en el caso de los depósitos combinados, son productos totalmente seguros), la sencillez (son poco complejos) y además no exigen demasiados requisitos para su contratación.
Desventajas de los depósitos bancarios
En la parte de las desventajas, está el hecho de que suelen ofrecer rentabilidades bastante bajas, y también conllevan una serie de comisiones asociadas que variarán en función del producto y la entidad con la que lo contrates; las más comunes son las de mantenimiento, gestión y cancelación anticipada.
El Fondo de Garantía de Depósitos
El Fondo de Garantía de Depósitos de Entidades de Crédito es una entidad jurídica para ofrecer seguridad a los clientes de bancos, cajas de ahorro y cooperativas de crédito sobre sus depósitos y cuentas bancarias, en el caso de quiebra de la compañía, hasta un máximo de 100.000 euros por persona y entidad. Todas las empresas españolas de estos sectores están obligadas a adherirse al FGD y financiar con sus aportaciones el fondo, cuyo gestor es el Banco de España. De este modo, el dinero que aportas a tus depósitos, está garantizado con el tope de esa cantidad.
Qué debes tener en cuenta sobre los depósitos bancarios
Lo primero que debes tener en cuenta, como en cualquier otro tipo de producto, es que es fundamental comparar entre las distintas opciones disponibles en el mercado para elegir la más ventajosa y la que más se adecue a tus circunstancias y necesidades específicas. Además, deberás prestar atención al contrato para entender todo lo que se refiere a comisiones, condiciones de cancelación, etc. Una vez elegido el producto, es importante que sigas atento la evolución de los tipos de interés, porque es posible que, en determinadas circunstancias, te puedas beneficiar de posibles alzas o cambios de tendencia.
Conclusión:
Los depósitos bancarios son productos financieros de ahorro en los que el titular realiza una aportación y, pasado el plazo establecido en el contrato, recibe de la entidad ese importe unido a los intereses generados. Existen varios tipos de depósitos que varían en cuanto a disponibilidad, rentabilidad y riesgo. Debes tener en cuenta que, a mayor plazo y cantidad, mayores rendimientos. Son productos seguros y sencillos, aunque no suelen ofrecer rentabilidades muy altas. Si quieres aprender más sobre ahorro e inversión, no te pierdas nuestro programa de Educación Financiera.