Existe un concepto básico en finanzas personales que resulta desconocido para muchos: el coste de oportunidad. Y es que se trata de una noción que, consciente o inconscientemente, se aplica a la mayoría de las decisiones que tomamos, no sólo en el terreno económico, sino en todas las facetas de la vida.
Qué es el coste de oportunidad
Podemos definir el coste de oportunidad como el valor de aquello a lo que renunciamos al elegir otra opción. Decíamos que se relaciona con cualquier decisión porque ésta siempre implica una elección; elegimos algo renunciando a otra cosa, pensando que nos aporta más. Ambas opciones tienen un valor (económico o de cualquier otro tipo); el valor de la opción que dejamos pasar es el coste de oportunidad. Esto, que tiene su aplicación de forma clara en lo económico, como veremos a continuación, se puede llevar a cualquier otro tipo de decisión.
Quién creó este término
El concepto de coste de oportunidad fue acuñado por Friedrich von Wieser y publicado en su libro “Teoría de la economía social” en 1914. Desde entonces, son muchos los autores que lo han empleado.
Cómo se aplica en economía
El coste de oportunidad en las finanzas se relaciona con la rentabilidad (en su más amplio sentido) que se pierde al no realizar una acción; sería, por tanto, el valor de la mejor opción no realizada. Podemos definirlo como el “precio” que pagamos por renunciar a algo, es decir, el beneficio perdido.
Por qué es importante para tus finanzas personales
Nuestra salud financiera depende en gran medida de que seamos capaces de valorar correctamente el coste de oportunidad de cada decisión que tomamos sobre la gestión de nuestras finanzas personales, desde lo más cotidiano hasta lo más trascendental.
Cómo se calcula el coste de oportunidad
Como hemos dicho, calcular bien el coste de oportunidad sirve para poder cuantificar el valor que podrían tener las alternativas no elegidas o perdidas. Aunque suene algo muy complicado, la fórmula que se aplica al cálculo del coste de oportunidad es de las más sencillas: coste de la opción no elegida – coste de la opción elegida. Si el coste de oportunidad es negativo, habrás tomado la mejor decisión; de lo contrario (si el total es positivo) significa que te has equivocado en la elección, ya que opción no seleccionada tenía mayor valor. Esto es lo que conocemos como dejar pasar una gran oportunidad. También es posible que el resultado sea cero; entonces significa que no hay coste de oportunidad, ya que las dos opciones tienen el mismo valor. En ese caso, tendremos basarnos en otros factores para tomar la decisión.
Qué otros factores intervienen
Hasta ahora, estamos hablando en términos cuantitativos, pero a veces entran en juego otros factores, que no podemos cuantificar, como los relativos a percepciones o sentimientos (satisfacción, motivación, ilusión…). No tienen un valor monetario y, por lo tanto, difícilmente los podrás aplicar a la fórmula por tratarse de cosas intangibles (totalmente subjetivas); pero, a veces, éstos son también importantes para nosotros. En ese caso, tendrás que pensar en qué pesa más para ti y tomar la decisión en base a otros criterios.
Lo que escapa al cálculo
A la hora de valorar el coste de oportunidad, también existen otros factores que, aunque sean cuantitativos, no podemos incluir en la fórmula porque no los conocemos con exactitud. Un ejemplo sencillo sería el relativo al riesgo de una inversión; y es que, como ya sabes, cualquier inversión conlleva riesgos. Sea cual sea tu perfil inversor, es algo que debes valorar (elegir entre el beneficio de la posible rentabilidad de la inversión y lo que te puede suponer de pérdidas sobre el capital el riesgo implícito); el problema es que ese riesgo concreto (las pérdidas), no lo podemos calcular a priori con exactitud. Y es que, en inversión, una frase totalmente cierta es que las rentabilidades pasadas no garantizan las futuras.
Ejemplos de coste de oportunidad
Para que puedas ver de forma más nítida en qué consiste el coste de oportunidad, te proponemos algunos ejemplos sencillos, como puede ser la opción entre mantener el ahorro en un depósito o invertirlo; el coste de oportunidad estará determinado por la rentabilidad que te ofrezca cada opción. Otro ejemplo de coste de oportunidad lo comentábamos cuando hablábamos sobre si es conveniente amortizar la hipoteca cuando suben los tipos de interés; el coste de oportunidad vendrá determinado por el valor de los intereses que genere ese dinero en inversión o mantenido en ahorro, y la demasía que paguemos por la subida de intereses del préstamo hipotecario. Otro ejemplo totalmente cotidiano es la elección entre dos planes de ocio alternativos; el coste de oportunidad será la diferencia de precio que supone uno u otro.
A qué áreas de tus finanzas personales lo puedes aplicar
Si has llegado hasta aquí, ya habrás intuido que el cálculo del coste de oportunidad lo puedes aplicar a cualquier ámbito de tu día a día, desde lo más cotidiano a lo más esporádico, y desde lo más trascendente a lo más nimio. En la economía de tu hogar, será aplicable absolutamente a todas las acciones que emprendas, desde la elección de un producto en la cesta de la compra, hasta la compra de la vivienda (qué casa me puedo permitir), pasando por cualquier movimiento sobre una inversión, la elección de un producto financiero, las empresas de suministros, tus suscripciones o algo tan simple como optar entre una compra o reducir los gastos mensuales, por aumentar el ahorro o invertir, o disminuir deudas; o tomar como opción darte un capricho frente a cumplir cualquier otro de tus objetivos financieros (como ya comentamos en este artículo sobre qué son los gastos hormiga).
Menos es más
Cuando hablamos de coste oportunidad, debemos tener presente que menos es más. Se trata del beneficio no elegido o el valor de la oportunidad que dejamos escapar; por eso, cuanto menor sea, mejor será la decisión que has adoptado (o lo que es lo mismo, más beneficioso será para tus finanzas personales).
Fórmate para saber calibrar bien el coste de oportunidad
Ya hemos hablado muchas veces de los múltiples beneficios de la Educación Financiera. Uno de los que podemos relacionar con el tema que nos ocupa, es que proporciona los conocimientos, las capacidades y los hábitos para calcular de una forma más eficiente el coste de oportunidad de las decisiones que afectan a la economía de tu hogar. Complementar tu formación en alguna escuela de Educación Financiera podría ayudarte muy positivamente en este ámbito.
Conclusión:
El coste de oportunidad (un término creado por Friedrich von Wieser) se traduce como el valor de la opción no elegida o el beneficio de la oportunidad que dejamos escapar. Es aplicable a cualquier decisión; pero, en el ámbito financiero, se asocia con la rentabilidad perdida con nuestras decisiones. Se calcula restando el valor o coste de la opción elegida al de la no elegida. Por eso, cuanto menor sea, mejor será nuestra decisión. A veces existen factores cualitativos que no podemos cuantificar o, incluso, algunos cuantitativos que no podemos incluir en este cálculo porque desconocemos su valor. En cualquier caso, valorar el coste de oportunidad es fundamental, no sólo en el ámbito de las finanzas personales, sino en cualquier área de la vida. La Educación Financiera te puede ayudar a calibrarlo con más exactitud; por eso, te recordamos nuestro programa de Educación Financiera que seguro te es de utilidad.