Hoy, queremos hablar de uno de los principios que rigen el Marketing, la Economía y, por supuesto, las finanzas personales: el Método SMART y cómo aplicarlo al ahorro. Y es que, en la vida, es fundamental tener objetivos claros y determinados según unas directrices para asegurar el éxito de cualquier proyecto. En nuestro caso, esto es perfectamente aplicable a algo tan relevante para las finanzas personales como es el ahorro, ya que la diferencia entre la salud financiera y el estrés financiero puede venir determinada en muchas ocasiones por este ahorro. Por eso, si quieres aprender qué es, cómo se aplica y cómo puedes ahorrar con el Método SMART, no te pierdas este artículo en el que te contamos todo lo que tiene que ver con esta técnica.
Qué es el Método SMART
En inglés smart significa inteligente, así que podríamos traducir esta técnica como método inteligente. En realidad, hace referencia a cómo deben ser los objetivos para que tengan éxito, y su nombre es el acrónimo de las características que deben cumplir estos objetivos. Según esta metodología, éstos deben ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y temporales.
Quién creó este término
El autor de este concepto fue George T. Doran que habló del Método SMART por primera vez en 1981. El profesor Robert S. Ruben lo desarrollaría posteriormente, contribuyendo también a la extensión de esta metodología tal y como la conocemos hoy.
Importancia del ahorro
El ahorro siempre es importante; pero en el momento actual, se vuelve crucial. Son muchas las ventajas de conseguir ahorrar dinero: poder afrontar emergencias y gastos inesperados, evitar situaciones de sobreendeudamiento, alcanzar nuestros objetivos financieros, tener una mejor jubilación, o simplemente, poder realizar una administración de tu economía y evitar errores en la gestión de tus finanzas personales.
Los objetivos financieros
Tener objetivos siempre es fundamental en la vida. Un estudio de la Universidad de Harvard de 1979 demostró que, de todos los alumnos, aquellos que habían definido sus objetivos claramente por escrito, al cabo de 10 años, alcanzaron un patrimonio mayor y un salario 10 veces superior a los que no tenían ninguna meta en la vida. En el ámbito de las finanzas personales esto también funciona así; contar con objetivos financieros bien definidos, establecidos y delimitados, puede marcar una gran diferencia, pues será el primer paso para determinar dónde quieres estar y qué vas a hacer para conseguirlo.
Cómo deben ser tus objetivos
Para que se puedan alcanzar con éxito nuestras metas, deben cumplir una serie de características que definimos a continuación. De este modo, nuestros objetivos (especialmente los financieros) deben ser:
- Specific (específicos): debes responder a la pregunta qué quieres conseguir de la forma más concreta posible. Por eso, es importante que determines bien el qué, sin ambigüedades ni generalidades, de una manera clara, para que puedas saber hacia dónde encaminar tus esfuerzos.
- Measurable (medibles): también relacionado con lo anterior, los objetivos debes ser controlables, y debes poder contar con mecanismos que te permitan vigilar si están en la senda correcta hacia su consecución. En ese sentido, deben ser metas cuantificables.
- Achievable (alcanzables): el hecho de establecer objetivos ambiciosos, te ayudará a motivarte aún más en su consecución; pero no debes fijar metas tan ambiciosas que dejen de ser alcanzables. Es fundamental que seas realista, pues de lo contrario, puede llevarte a desistir de tu propósito.
- Relevant (relevantes): para poder contar con esa motivación y determinación que te ayude a encaminar tus esfuerzos hacia tus metas, deben ser objetivos importantes para ti, algo que te llene o te ayude de algún modo, de lo contrario, acabarás dejándolo.
- Time-based (temporales): por último, estas metas deben estar acotadas en el tiempo. A la hora de determinar tus objetivos, no sólo es importante el qué o el cómo, también es fundamental el cuándo. Para establecer tus metas correctamente, asigna un plazo de tiempo para su consecución.
¿Cómo son tus objetivos de ahorro?
Si vas a poner en práctica el Método SMART para ahorrar, deberás establecer tus objetivos de ahorro según estos criterios. Para ello, es importante que respondas una serie de preguntas que te detallamos a continuación:
¿Cuánto dinero necesitas?
Al responder esta cuestión establecerás objetivos específicos. El cuánto será un punto fundamental para poder organizar el resto de puntos, así que piensa bien la respuesta. Contar con un presupuesto personal puede ayudarte a clarificar la relación entre ingresos y gastos y cuál es tu situación actual.
¿Cómo vas a medir su cumplimiento?
Puesto que tus objetivos deben ser mensurables, tendrías que establecer mecanismos de control que te ayuden a determinar cómo progresas hacia su cumplimiento. Si realizas un seguimiento semanal, te será más fácil ver si va bien, aunque también es importante hacer un control mensual o, si tus objetivos son a largo plazo, anual, para poder ver los progresos. Quizá pueda ayudarte en esto utilizar el Método Kakebo.
¿Estás siendo realista?
Puesto que nuestras metas deben ser ambiciosas, pero, a la vez, alcanzables, es fundamental que te hagas esta pregunta. Si te pasas de ambicioso es posible que te veas imposibilitado de alcanzar el objetivo (o el grado de dificultad desmesurado te lleve a desistir de su cumplimiento). Por eso, debes preguntarte si eres realista. Para que te sea más fácil, puedes empezar con objetivos algo más sencillos e ir ampliando la exigencia cuando ya hayas adquirido el hábito de ahorro.
¿Para qué quieres el dinero?
Este es un punto clave, pues de él depende en gran parte la motivación para perseguir las metas. Según lo relevante que sea para ti este objetivo, así te esforzarás en su consecución; por eso, siempre suele tener más probabilidades de éxito ahorrar para algo que nos haga especial ilusión, como unas vacaciones, que si el destino del dinero es algo menos interesante.
¿Cuándo necesitas el dinero?
Acotar en el tiempo tus objetivos te ayudará a ser más preciso, y podrás planificar mejor su consecución. Es importante que determines cuánto tiempo tienes para reunir el dinero, para organizarte y realizar el seguimiento temporal que hemos comentado antes y que puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Consejos para poner en práctica el Método SMART
Como ves, el Método SMART es realmente sencillo y puede ser una ayuda para conseguir tus objetivos de ahorro. En cualquier caso, te ofrecemos algunos pequeños trucos para que te resulte más fácil poner en práctica este método:
Detalla tus objetivos por escrito
Si plasmas en un papel tus objetivos, podrás ser más preciso en su definición y más concreto en todas las áreas (qué, cómo, cuándo, para qué…). Además, esto te puede ayudar a adquirir un mayor grado de compromiso personal.
Mantenlo siempre visible
La motivación es una pieza clave cuando se trata de trabajar en nuestros objetivos. Tener a la vista cuáles son también puede serte de ayuda en esta carrera de fondo.
Compártelo con familiares y amigos
Contar nuestras metas a nuestro entorno más cercano puede ser también importante para adquirir este compromiso personal; además, en los momentos de flaqueza, ellos te animarán a sobreponerte y continuar trabajando por tus objetivos.
Revisa tus progresos
Realizar un control diario te puede ayudar a ser más preciso en la medición, evitar posibles desviaciones y conseguir una motivación adicional. En este sentido, es importante que reconozcas tus progresos y celebres tus éxitos como otro aliciente más para seguir con tu propósito.
Establece objetivos progresivos
Es posible que no tengas un solo objetivo de ahorro, sino que hagas convivir varias metas. En este caso, puedes actuar de dos maneras: determinando los objetivos de forma temporal y estableciendo metas a corto, medio y largo plazo; o jerarquizándolas según la asequibilidad en su consecución; es decir, priorizando los objetivos más fáciles de alcanzar y dejando para el final los más difíciles: la motivación de haber conseguido los primeros te ayudará para trabajar en los más ambiciosos y el hecho de adquirir hábitos también será un plus para poder trabajar en metas más complejas.
Intenta reducir gastos y deudas
Para aumentar el ahorro, es importante poder trabajar en otras áreas de nuestras finanzas personales que nos permitan disponer de una mayor cantidad de dinero. Podemos trabajar por el lado de los ingresos, intentando generar ingresos pasivos, o por el lado de la contención del gasto. Os recordamos nuestro artículo sobre cómo reducir los gastos mensuales y este otro sobre cómo reducir deudas.
Combínalo con otros métodos
Una de las ventajas del Método SMART es que lo puedes llevar a cabo en combinación con otras técnicas y métodos de ahorro. Un buen ejemplo es el reto de las 52 semanas. Pero hay muchos más (la regla del ahorro del 50 30 20, etc.). Puedes escoger los métodos que te sean más cómodos o encajen mejor con tus características personales. Te dejamos este post sobre qué son los ayunos de gasto que seguro te es de gran ayuda.
Conclusión:
El Método SMART es una técnica que consiste en definir objetivos específicos, medibles, alcanzables, relevantes y temporales. Lo puedes aplicar perfectamente a tus objetivos de ahorro; para ello, te puede ser de ayuda detallar los objetivos por escrito, conservarlo visible y compartirlo con nuestro entorno; hacer un seguimiento de progresos, jerarquizar nuestros objetivos y combinar con otros métodos y técnicas tanto para ahorrar, como para reducir gastos y deudas. Si quieres ampliar tus conocimientos sobre todo lo concerniente a tus finanzas personales, inscríbete en nuestro programa de Educación Financiera.