Llevamos unos meses escuchando continuamente la palabra inflación, pero hoy queremos hablar sobre la inflación subyacente: qué es y cómo afecta a tus finanzas personales. Y es que sabemos que se trata de algo negativo para nuestros bolsillos porque nos hace perder poder adquisitivo, pero no siempre entendemos en qué consiste este término, en qué se diferencia de la general y por qué es más preocupante aún su aumento. Te contamos todo a continuación para que puedas entender cómo proteger tu salud financiera ante el escenario actual.
Qué es la inflación
La inflación es el aumento de precios de los bienes y servicios de una economía de forma sostenida y mantenida en el tiempo. Este problema, que está afectando a todo el mundo actualmente, marca las políticas monetarias, los mercados, la situación social y la economía en general. Pero ,sobre todo, está impactando gravemente en la economía personal de los ciudadanos; y es que la inflación es conocida como el impuesto de los pobres (porque ese aumento de precios implica una mayor presión fiscal en impuestos como el IVA) y la ladrona silenciosa de los ahorradores (por la pérdida de poder adquisitivo que conlleva).
Cómo se calcula la inflación
Para calcular la inflación, se toma como referencia el IPC (Índice de Precios al Consumo). Es un indicador que mide la evolución de los precios de lo que consume un hogar medio español; entre estos artículos están combustibles, energías, bebidas, vivienda, productos de alimentación, comunicaciones, tabaco, vestido, menaje, ocio, medicina, restauración…
Cuáles son las causas de la inflación
Hay muchos motivos por los que sube la inflación; el propio Banco Central Europeo considera que una inflación moderada (en torno a un 2%) es saludable para la economía porque conlleva crecimiento y mayor recaudación, y tras la pandemia, se ha incentivado esto mediante estímulos a las economías de los países en una política económica expansiva. Además, la guerra en Ucrania ha hecho subir los precios de muchos productos provocado por la escasez (electricidad, gasolina, alimentación…); cuando se trata de un producto clave para la economía, la subida tiene consecuencias en el resto de sectores. Otro de los factores es la propia demanda, que tira del consumo haciendo que suban los precios (como hay más demanda, los oferentes pueden aumentar precios sin temor a pérdidas).
Tipos de inflación
En cuanto a su duración, podemos hablar de inflación coyuntural (provocada por un efecto concreto de forma transitoria) o permanente o estructural (mucho más preocupante porque indica que la subida de precios no responde a un momento concreto del mercado, sino a factores más profundos, e indica una subida de precios duradera y más difícil de atajar, con el empobrecimiento implícito que lleva consigo). Además, en cuanto a las causas, podemos hablar de inflación por costes (cuando suben los precios de materias primas y ese aumento se repercute en la producción final), por consumo (cuando la demanda excede a la oferta), por expectativas salariales (la demanda de subidas en salarios hace subir los precios por parte de empresas para hacer frente a los aumentos).
En los casos en que la subida mensual del precio supera el 50%, hablamos de hiperinflación; y si la inflación coincide con un estancamiento de la economía (crecimiento cero o negativo del PIB) se conoce como estanflación. Según su medición puede ser mensual, interanual, etc. Y también podemos diferenciar entre la inflación general (de la que venimos hablando en este artículo) y la inflación subyacente.
Qué es la inflación subyacente
También conocida como inflación básica, la inflación subyacente es la que toma en cuenta el IPC sin contar la energía y la alimentación (los productos alimenticios no elaborados); ya que se considera que los precios de estos segmentos son los que pueden ser más volátiles o más pueden estar influenciados por subidas puntuales. Este indicador comenzó a utilizarse tras la crisis energética de 1970 y se toma de referencia para analizar el comportamiento de los precios a corto plazo de una forma más precisa, por lo que es tomada en cuenta por los bancos centrales y analistas para establecer las políticas monetarias y tomar decisiones económicas.
Cómo se calcula la inflación subyacente
Para calcular la inflación subyacente basta con suprimir los productos energéticos y alimentos no elaborados del IPC. Además, también se excluyen los servicios públicos.
En qué se diferencia la inflación subyacente de la general
La inflación general suele ser más alta, al contemplar más categorías de productos; además, mientras que ésta permite ver la evolución de los precios a medio o largo plazo, la inflación subyacente es un indicador más fiable para ver cómo se comportarán a corto plazo. El comportamiento de la inflación subyacente también nos permite saber si se trata de una inflación transitoria o coyuntural, al excluir los segmentos más volátiles; de este modo, la inflación subyacente es más estable en el tiempo, dándonos un pulso más real de cómo se va a comportar la economía en el día a día.
Por qué es preocupante que aumente la inflación subyacente
Como hemos comentado, la inflación subyacente excluye los productos más volátiles; por lo tanto, si aumenta la inflación subyacente es un indicador de que la subida de precios no se debe a circunstancias concretas y temporales, sino a un problema más estructural.
Cómo influye la inflación en tus finanzas personales
Cualquier subida de precios tiene consecuencias directas sobre tus finanzas personales. De este modo, una inflación general te afectará porque pagarás más por los artículos que adquieres, pero tendrás que fijarte en la inflación subyacente para saber si se corregirá por el propio mercado o si las causas son más profundas y va a exigir más tiempo y otro tipo de medidas para su contención. En cualquier caso, las principales consecuencias de la inflación son la pérdida de poder adquisitivo, el pago de más impuestos, la depreciación del ahorro y, como consecuencia de las medidas que deben tomar los bancos centrales para contener esta inflación, tipos de interés más altos (lo que se traduce en créditos más caros). Cuando esto impacta a las empresas, puede llevar aparejado también destrucción de empleo (las empresas no pueden hacer frente al aumento de costes, la financiación es más cara y la demanda se contrae, por lo que suele tener como consecuencia despidos). Además, a nivel macroeconómico, baja el consumo, aumentan las desigualdades y dificulta el crecimiento del PIB porque a su vez es un desincentivo para la inversión, lo que también se traduce en un empobrecimiento de los ciudadanos.
Cómo protegerte de la inflación
Ahora que sabes qué es la inflación, qué es la inflación subyacente y cómo afectan a la economía de tu hogar, la siguiente pregunta es cómo puedes protegerte ante la inflación, especialmente en el contexto actual, ya que en España superamos los dos dígitos de este indicador. Así que te proponemos algunas pautas para luchar contra la pérdida de poder adquisitivo que conlleva.
- Comienza por hacer un presupuesto: tener tu presupuesto personal te ayudará a identificar tus ingresos y todos tus gastos, de manera que sepas qué impacto real puede tener la inflación sobre tu economía y puedas hacer los ajustes necesarios para que la partida de gastos no supere la de ingresos aunque suban los precios.
- Reduce gastos: si todo es más caro y tus ingresos no aumentan, no tendrás más remedio que recortar los gastos. Aquí te recordamos nuestro post sobre cómo reducir los gastos mensuales.
- Mantén a raya tus deudas: para luchar contra la inflación, los bancos centrales ya están retirando estímulos y subiendo los tipos de interés. Puesto que los créditos son (y todo apunta a que serán) más caros, una buena manera de que la inflación no se coma tu dinero es que te propongas reducir deudas.
- Ahorra: el ahorro familiar debe ser uno de los principales objetivos financieros que tengas, no sólo construyendo un fondo de emergencia, sino como un hábito sistemático que te ayude cuando, como en el momento actual, las circunstancias económicas no son muy propicias.
- Invierte: en tiempos de alta inflación, el ahorro inmovilizado pierde valor; por eso, la mejor forma de luchar contra la inflación es invertir. Puedes escoger los productos que más se adecuen a tu perfil inversor (fondos de inversión, bolsa, criptomonedas…); normalmente, en tiempos de alta inflación, la inversión inmobiliaria suele ser un valor refugio. En cualquier caso, construye tu cartera de inversión en función de lo que sea más adecuado para ti.
- Piensa en el futuro: si asegurarte tu poder adquisitivo ahora es importante, lo es mucho más hacerlo cuando alcances tu edad de jubilación, ya que la tasa de sustitución (la diferencia entre lo que cobramos en activo y lo que percibimos como pensionistas) es de un 80%, y todo apunta a que bajará a un 70% en un futuro próximo. Esto implica que, sea cual sea la inflación, perderás el 20% de tu poder adquisitivo. Aquí te recordamos un artículo sobre cómo tener una mejor jubilación, que seguro te resulta útil.
- Fórmate: La Educación Financiera es el arma que te va a permitir entender las variables macroeconómicas y cómo afectan en tu día a día, de manera que puedas encontrar soluciones a los principales problemas y retos, y tomes las mejores decisiones, evitando errores en la gestión de tus finanzas personales.
Conclusión:
La inflación subyacente es la que se calcula excluyendo de la lista del IPC los productos energéticos y alimentos no elaborados; ofrece una estimación más fiable de cómo se comportarán los precios a corto plazo y es un indicador de la inflación real no determinada por vaivenes puntuales, al excluir los productos más volátiles. La inflación tiene un impacto negativo sobre tus finanzas personales, ya que supone una pérdida de poder adquisitivo, devaluación del ahorro y pago de más impuestos y, como consecuencias indirectas, encarecimiento de los préstamos, destrucción de empleo, aumento de las desigualdades y freno del crecimiento económico. Para protegerte contra los efectos de la inflación, es muy importante que cuentes con un presupuesto personal, reduzcas gastos y deudas, fijes el ahorro y la inversión como principales objetivos financieros y te asegures una buena jubilación. La formación será la mejor arma para luchar contra esta “ladrona invisible de los ahorradores”, por eso, te ofrecemos nuestro programa de Educación Financiera, que te ayudará a comprender la realidad económica que estamos viviendo y a tomar las mejores decisiones en cuanto a ahorro e inversión.